¿Qué es una cata de vinos?

Índice
  1. Fases para catar un vino
    1. Fase visual
    2. Fase olfativa
    3. Fase gustativa
  2. ¿Todo el mundo puede catar un vino?
  3. El universo que rodea la cata del vino
    1. La temperatura
    2. El servicio de la cata
    3. El lugar de la cata
    4. Utensilios o soporte

Catar un vino es conocerlo, entenderlo y entrar en contacto con él, tanto visualmente como olfativamente y gustativamente. Por ello, una cata de vinos es el acto en el cual una persona degusta y disfruta de diferentes caldos. En términos generales, la cata es una acción en la que se realiza un análisis sensorial de cualquier sustancia. En el caso del vino se prueban diferentes vinos con la finalidad de calificarlos y compararlos.

Cuando se catan vinos para compararlos, existen dos tipos de cata. Por un lado, la cata horizontal donde se comparan vinos del mismo año y por otro lado, la cata vertical donde se comparan vinos de diferentes añadas. Eso sí, siempre con vinos de la misma bodega.

Debemos destacar que “catar” es un verbo con dos acepciones que van relacionadas. Significa probar un alimento o una bebida para experimentar su sabor o su calidad o experimentar por primera vez la sensación que produce alguna cosa. Es una expresión que nos remite a probar, saborear, gustar, experimentar…

Cata De Vino

Fases para catar un vino

Como hemos mencionado, en este caso, la cata de vinos es el arte de realizar un análisis consciente de lo que estamos bebiendo a través de los sentidos. Donde principalmente utilizamos la vista, el olfato y el gusto. Decimos principalmente porque también interviene el tacto, la lengua al entrar en contacto con el vino puede aportarnos matices como su densidad o su temperatura.

Para realizar una buena cata de vinos es importante dividirla en tres etapas: visual, olfativa y gustativa.

Fase visual

Esta fase suele realizarse en un lugar iluminado donde poder coger la copa por el tallo e inclinarla unos 45 grados para poder visualizar el color, la anchura y los matices del borde.

Análisis Visual

Con el sentido de la vista se observa la fluidez del vino, su densidad, la aguja, la baja o elevada graduación alcohólica y la glicerina en el lagrimeo de la copa.

La lágrima o ventana es el rastro que el vino deja en la copa cuando lo removemos y esto nos puede ayudar a visualizar la densidad del caldo.

El color y el tono representa la edad del vino. Por ejemplo, cuanto más rojo brillante, significa que es más joven y viceversa.

También existe una gran diferencia en función del tipo de vino que estés catando. En los vinos blancos, el color es amarillo pajizo con reflejos ligeramente verdosos. Con el paso del tiempo, pasa a amarillo dorado y posteriormente adquiere brillos rojizos.

Con los vinos tintos pasa algo parecido. La edad hace que la tonalidad avance de rojos más brillantes a una banda cromática granate con ribetes ligeramente amarillos y posteriormente a tonos ocres y marrones.

Fase olfativa

En primer lugar se acerca la copa hacia la nariz para inhalar los aromas primarios provenientes de la variedad de uva. Después, se debe mover la copa por el tallo, verticalmente, para que el vino se mueva por las paredes y así apreciar las lágrimas que deja este en la copa. Este movimiento denota el grado de alcohol contenido y también los aromas secundarios, estos últimos se generan en la fermentación. De tenerlos, se podría agitar una tercera vez para generar aromas terciarios.

Se dice que esta es la fase más importante de la cata de vinos. La fase olfativa ayuda a generar el gusto gracias a los olores que percibimos. El olfato es muy importante ya que sin él notaremos sabores menos intensos. También es importante para detectar si un caldo se encuentra en buen estado porque de no estarlo, percibiríamos un olor avinagrado. 

El olfato puede llegar a percibir hasta 10.000 aromas por las fosas nasales. Como hemos mencionado antes, estos aromas pueden ser: primarios, secundarios y terciarios. Los primarios son propios de la uvas. Los secundarios se producen en la bodega durante la fermentación. Y los terciarios se generan cuando el vino entra en contacto con la madera (crianza).

Los aromas o series aromáticas que puede aportar el vino también son muy diversos. Pueden variar desde series vegetales, florales, frutales, animales, químicas, especiadas…

Fase gustativa

Se dice que el gusto es el sentido que menos sensación produce y por tanto, la fase en la que el vino deja menos información.

Finalmente se prueba el vino con un pequeño sorbo, moviéndolo por la boca para apreciar los cuatro sabores básicos: ácido, amargo, dulce y salado. Cuando el vino logra un equilibrio entre los cuatro sabores básicos, se dice que es redondo.

A la hora de sorber y degustar el vino, también se suele tomar aire por la boca mientras tenemos el sorbo en ella. Al realizar esta inspiración se pueden percibir con mayor intensidad sus aromas por la vía retronasal.

Lo siguiente es analizar las sensaciones táctiles que nos provoca el vino, por eso añadimos el tacto como otro de los sentidos que entra en juego. Las sensaciones son: la temperatura, el cuerpo, la efervescencia, la textura y la astringencia.

Por último, podemos tragar o escupir el vino. Lo normal es escupirlo para que el alcohol no pase a la sangre y el catador no se sienta embriagado. Se dice que un vino tiene una persistencia baja si la sensación en la boca después de escupido no dura más de tres segundos. Si la persistencia es media esta sensación dura entre tres y seis segundos. Tiene persistencia alta si su sensación dura más de seis segundos.

Como comentamos, y a diferencia de la fase olfativa, solamente se percibirán cuatro sabores básicos. El ácido, en los laterales de la lengua. El amargo, en el fondo de la lengua. El dulce, que estimula las papilas situadas en la parte anterior. Y por último, el salado, en la zona central.

Se dice que en mayor o menor medida, los cuatros sabores están presentes en todos los vinos.

¿Todo el mundo puede catar un vino?

Debemos olvidarnos de la idea de que este tipo de actividades son para profesionales o personas con conocimientos sobre vino. El vino está ahí para disfrutarlo y para aprender.

Hoy en día prácticamente todas las bodegas incluyen catas dentro de sus programas de actividades y no solamente son para personas con altos conocimientos.

Una cata de vinos requiere de un análisis consciente de lo que estamos bebiendo a través de los sentidos, especialmente la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Pero también se aprende probado y descubriendo variedades de vinos se entrena la memoria de los sabores y los olores. Poco a poco se puede describir mejor todas esas sensaciones que te inundan al tomar una copa de vino.

El universo que rodea la cata del vino

El universo del vino aún tiene mucho por descubrir y el que más o el que menos se sigue sorprendiendo al acudir a diferentes catas. Esto se debe a que seguimos descubriendo diferentes variedades de uva, diferentes tierras y diferentes climas.

Todas estas condiciones generan vinos distintos y diferencian unas catas de otras. A pesar de esto, las catas también se distinguen por factores y características a la hora de llevar a cabo la cata de vinos.

Existen una serie de factores que pueden elevar o reducir el nivel de las catas y vamos a enumerar algunos de ellos.

La temperatura

La temperatura del vino es uno de los factores más importantes de una cata y mantener el vino a una temperatura ideal puede ser fundamental. Aun así, cada vino requiere una temperatura diferente y un servicio diferente.

El servicio de la cata

Aparte de servir el vino a una temperatura ideal, también son importantes otros servicios del vino como el descorche para que no se contamine el vino.

El lugar de la cata

El lugar dónde se desarrolla la actividad es muy importante. Principalmente para poder disfrutar de los aromas y del color del vino. A pesar de que algunas catas se realizan al aire libre, lo normal es que se utilicen lugares cerrados con unas características determinadas.

Utensilios o soporte

La cata se realiza en una copa de cristal. Este material debe ser transparente e incoloro y con un porcentaje máximo de plomo del 12%. Lo normal y aconsejable es que para cada cata se utilice un soporte diferente. La copa Afnor es la copa homologada que se debería utilizar para catar un vino de la forma más profesional posible.

Dentro del panorama vinícola y con el innumerable número de bodegas que existen, las opciones para disfrutar de una buena cata son muchas. Desde Parrayvino queremos ayudaros a que conozcáis un pequeño rincón de Galicia y una gran bodega. Os dejamos aquí una gran idea para pasar un fin de semana en pareja y para conocer O Rosal y la bodega Terras Gauda.

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